El Estrés Postraumático (TEPT) es un trastorno mental que puede desarrollarse después de una experiencia traumática, como un accidente, un desastre natural, una agresión sexual, un combate militar o cualquier otro evento que amenace la integridad física o psicológica de una persona. Se manifiesta a través de síntomas como flashbacks, pesadillas, evitación de situaciones relacionadas con el trauma, hipervigilancia y cambios negativos en el pensamiento y el estado de ánimo. Afortunadamente, la terapia psicológica profesional es una herramienta efectiva para ayudar a las personas a superar el TEPT y recuperar una calidad de vida saludable.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los enfoques más comunes y eficaces para tratar el TEPT. Este enfoque se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento disfuncionales y comportamientos que mantienen los síntomas del TEPT. Un terapeuta entrenado en TCC trabajará con el paciente para reconstruir la narrativa del trauma y abordar las creencias negativas sobre sí mismo, el mundo y el futuro que pueden haber surgido como resultado de la experiencia traumática. La exposición gradual al recuerdo del trauma, en un entorno controlado y seguro, también es parte integral de la TCC para ayudar al paciente a procesar la experiencia traumática y reducir la respuesta de ansiedad asociada.
Otro enfoque efectivo es la terapia de desensibilización y reprocesamiento del movimiento ocular (EMDR, por sus siglas en inglés). Esta terapia se basa en la idea de que los recuerdos traumáticos mal procesados pueden almacenarse de manera disfuncional en el cerebro. Durante las sesiones de EMDR, el terapeuta guía al paciente a través de movimientos oculares controlados mientras este se enfoca en el recuerdo del trauma. Esto facilita el procesamiento de la experiencia traumática, ayudando a reducir la intensidad de los síntomas del TEPT.
La terapia de grupo es otra opción valiosa para las personas que sufren de TEPT. Participar en un grupo de apoyo con otras personas que han experimentado traumas similares puede proporcionar una sensación de pertenencia, comprensión mutua y reducción del aislamiento. Además, el compartir experiencias y estrategias de afrontamiento puede ser empoderador y motivador para la recuperación.
La terapia psicológica profesional es especialmente importante en el tratamiento del TEPT porque proporciona un entorno seguro y de apoyo para que las personas hablen sobre sus experiencias traumáticas. Muchos individuos con TEPT pueden sentir vergüenza, culpa o temor al hablar sobre lo que les ha sucedido, lo que puede dificultar su recuperación. Un terapeuta experimentado puede ayudar a crear un espacio donde se sientan cómodos compartiendo sus experiencias sin temor a ser juzgados.
Además de estos enfoques, es importante mencionar que la medicación también puede desempeñar un papel en el tratamiento del TEPT. Los antidepresivos y los ansiolíticos pueden ayudar a reducir los síntomas de ansiedad y depresión que a menudo acompañan al TEPT. Sin embargo, la terapia psicológica sigue siendo la piedra angular del tratamiento, ya que aborda las raíces profundas del trastorno y proporciona herramientas para la recuperación a largo plazo.
Isa Gutiérrez Gálvez