Un día de verano, mientras Carlos juega en la piscina observa que algo en casa no va bien: mamá no para de dar vueltas, papá debería de haber llegado hace mucho rato a casa, y Susana, la hermana mayor, llora. Él no sabe qué está pasando, así que se decide a preguntar: “mamá qué pasa, por qué estáis todos tan tristes y nerviosos” y es aquí cuando su madre se pregunta cuál será la mejor manera de explicarle a un niño de 5 años que acaba de perder a su padre a causa de un accidente de tráfico.
Esta historia no está basada en hechos reales pero es algo que ocurre verdaderamente en nuestras vidas. Los seres queridos desaparecen de nuestro lado, para siempre, sin que nosotros lo elijamos y teniendo que pasar por un proceso de duelo en el cuál siento tristeza, rabia, culpa, miedo…
Cuando se da la pérdida de un ser querido en un caso como el de Carlos, la madre y los familiares adultos más cercanos no saben cómo abordar la situación y cuál es la manera más fácil y menos dolorosa de explicarle a un niño el fallecimiento de su padre. En este artículo queremos enseñaros algunos puntos importantes a tener en cuenta a la hora de dar una noticia de este estilo a los niños:
1. Hay que comunicar la noticia al niño/a en un lenguaje adecuado a su edad. En algunas ocasiones, el familiar adulto más cercano al niño/a (madre o padre) no está preparado o en las mejores condiciones para comunicar la noticia al pequeño. En estos casos, lo mejor es que un familiar cercano y afín al niño/a sea el que comunique la noticia. Es recomendable llevar al menor a un lugar tranquilo, no tener prisa para comunicarle la noticia y sobre todo, usar un lenguaje adecuado a su edad.
2. No mentirle. A veces, cuando decimos cosas tales como “papá se ha ido al cielo” el pequeño no es capaz de entender por qué su padre se ha ido; y es entonces cuando puede aparecer la culpa por haber sido un niño malo, la rabia porque su padre se ha ido al cielo y cuando él mira hacia arriba no le contesta, etc. Por estas razones, es muy importante que no mintamos a los pequeños, sino que le expliquemos que su ser querido ha fallecido y no va a volver a verlo, todo ello, con un lenguaje adecuado a su edad y con mucho cariño.
3. Responder todas las preguntas que el pequeño pueda tener. En estas ocasiones, es el adulto el que incluso lo pasa peor que el niño, pero para que se pueda producir en el menor un duelo adecuado debemos resolver todas las dudas que pueda tener: cómo ha sucedido, qué pasará ahora, cómo será la vida sin ese miembro de la familia, cómo es posible que se sienta en este momento, etc. Es un cambio muy grande en la vida de una persona, por lo que puede ocurrir que tenga muchas preguntas por resolver, lo mejor es ser paciente y resolverlas todas una a una, para que el menor no se quede con dudas.
4. Dejarle expresar emociones negativas y explicarle cómo se está sintiendo y por qué. Lo que más nos duele a un adulto es ver a nuestro pequeño sufrir, y más por una cosa así. No tengamos miedo de que el niño/a llore y muestre sus emociones, así como tampoco tengamos miedo de que nos vea llorar. Es algo normal que estemos todos tristes por la pérdida del ser querido, cuando el menor entiende que no hay nada de malo en sacar esas emociones negativas y en permitirse experimentarlas, el proceso de duelo es mucho mejor y más llevadero.
Estas son algunas de las pautas para actuar con niños que están sufriendo o han sufrido la pérdida de un familiar cercano.
En SERdeAGUA podemos ayudaros y acompañaros en estos momentos tan difíciles como son la pérdida de un ser querido, cómo afrontarla nosotros y cómo ayudar a los más pequeños de la casa en estos momentos tan cambiantes para todos.
Un artículo de Verónica García Trujillo,
licenciada en Psicología